La expresión salud dental hace referencia a todos los aspectos de la salud y al funcionamiento de nuestra boca, especialmente de los dientes y de las encías. Además de permitirnos comer, hablar y reír (tener buen aspecto), los dientes y las encías deben carecer de infecciones que puedan causar caries, inflamación de la encía, pérdida de los dientes y mal aliento.

 

Los primeros dientes de un niño, denominados dientes de leche, son tan importantes como sus dientes permanentes. Los dientes de leche ayudan a un niño a masticar y hablar. Son marcadores de posición para los futuros dientes permanentes.

Si un niño pierde un diente de leche a causa de la caries, esto puede interrumpir el espacio en la boca y dificultar que el diente adulto se desarrolle correctamente.

Así pues, es mejor educar al niño para un buen cuidado dental durante la infancia. Las siguientes prácticas ayudarán a mantener sanos los dientes y las encías de un niño:

 

  • Limpia las encías de un bebé con un paño tibio y húmedo todos los días, incluso antes de que tengan dientes. Al hacer esto, se eliminan los azúcares de las encías y puede ayudar a un bebé a familiarizarse con la sensación de limpiarse los dientes.

 

  • Los bebés y niños pequeños no deben ir a la cama con biberones o tazas para sorber. La leche y el jugo contienen azúcares que pueden causar la caries dental si permanecen en los dientes durante períodos prolongados.

 

  • A medida que un bebé se acerca a un año de edad, comienza a acostumbrarlos a una taza para sorber. Intenta dejar de usar botellas antes de su primer cumpleaños.

 

  • Permite que los niños pequeños beban agua de las tazas con sorbos entre las comidas, pero guarda el jugo o la leche solo para las comidas.

 

  • Una vez que el bebé tenga dientes, cepíllelos dos veces al día con un cepillo suave para bebés. Usa una pequeña cantidad de pasta dental con fluoruro, no más grande que un grano de arroz. Los niños de 3 a 6 años de edad pueden usar una cantidad de pasta de dientes del tamaño de un chícharo.

 

  • Los padres o cuidadores deben cepillar los dientes del niño por ellos hasta que puedan limpiarlos todos a fondo sin ayuda. Vigila para asegurarte de que escupan la pasta de dientes.

 

  • Mantén la crema dental fuera del alcance de los niños cuando no se esté utilizando.

 

  • Se recomienda que los niños vean a un dentista dentro de los 6 meses posteriores a la aparición de su primer diente o al año de edad, lo que ocurra primero.

 

  • Los padres y cuidadores no deben compartir los utensilios para comer con un niño o chupetes limpios poniéndolos en la boca. Ambas acciones pueden transmitir las bacterias que causan la caries del adulto al niño.