Los odontólogos habitualmente insistimos en la higiene porque sabemos que es el primer paso y el más sencillo para evitar las enfermedades bucodentales. En cada visita recordamos a nuestros pacientes la necesidad de cepillarse los dientes tres veces al día y de que usen el hilo dental. Sí, el hilo dental que parece que es un desconocido entre los españoles porque sólo lo utilizan uno de cada cuatro.

El hilo dental es un conjunto de filamentos de nylon o de plástico, fundamentalmente teflón o polietileno que es muy útil para retirar los restos de alimentos y placa que se pueden acumular entre las piezas. Ayuda a evitar caries e inflamaciones de las encías y acostumbra a dar buenos resultados con la halitosis. Normalmente se vende como blister con metros de hilo.

Sobre todo, hay que tener claro que el uso del hilo dental es un complemento, que no un sustituto del cepillado. Basta con utilizarlo una vez al día y es aconsejable hacerlo antes de cepillarnos los dientes tras la cena. Antes de acostarse es el momento ideal.

Si no forma parte de sus hábitos, tómese unos días de aprendizaje porque requiere cierta práctica y, a veces, es difícil alcanzar los molares o evitar que nos hagamos pequeñas heridas en la encía.

¿Cómo utilizarlo? Extraemos entre 40 y 60 cm. de hilo y enrollamos cada extremo en nuestros respectivos dedos corazón para conseguir la máxima libertad de movimientos y sujeción. Después pasamos el hilo por los espacios entre las diferentes piezas, una a una, como si dibujáramos una letra “c” en horizontal.

Si se encuentra bajo un tratamiento de ortodoncia también debería hacer uso del hilo dental aunque es cierto que, en ocasiones, lo dificulta. Existen enhebradores baratos y desechables de hilo dental ortodóntico que, si está encerado, le facilitará el trabajo.